Fue ministro de Gobernación entre el 23 de julio de 1901 y el 19 de marzo de 1902[2] en un gabinete que presidió Sagasta.[1] El 19 de septiembre de 1901 dictó un polémico decreto con el que se pretendía sujetar a las órdenes y congregaciones religiosas a la fiscalización del Estado, que fue considerado por grupos católicos como una trama contra la religión católica.[3]