La antigua fábrica de Cemento Asland (en catalán: Fàbrica de ciment Asland de Castellar de N'Hug), en El Clot del Moro, en Castellar de Nuch (Provincia de Barcelona, España) fue el primer complejo fabril ubicado en la cabecera del río Llobregat, con la finalidad de producir cemento a partir de los recursos naturales de esta parte de la comarca del Bergadá, como la piedra calcárea, el carbón de las minas de El Catllaràs y la energía hidráulica del río Llobregat.
La fábrica está construida aprovechando la pendiente de la montaña para minimizar los costes de energía y esfuerzos en el transporte y se organiza en trece escalones desde la zona de la cantera al espacio de almacén y transporte. Inicialmente proyectada en dos fases, una vez la primera estuvo en funcionamiento, se desestimó la ampliación.
La fábrica funcionó hasta el año 1975 y una parte se derruyó para extraer la maquinaria y venderla como chatarra.
Desde el punto de vista arquitectónico destaca su adaptación a la topografía, al proceso industrial y a la ubicación de los recursos energéticos.
También destaca el uso de la bóveda de ladrillo plano de dos o tres gruesos sobre esbeltas armaduras metálicas apoyadas sobre muros y pilares, como elemento conformador de las cubiertas, aspecto que el propietario consultó con el arquitecto Rafael Guastavino, que entonces estaba difundiendo esta práctica en los Estados Unidos.