La batalla de La Gudiña, conocida en Portugal como batalla de Caya (en portugués: Batalha de Caia), fue un enfrentamiento ocurrido el 7 de mayo de 1709 cerca de la localidad portuguesa de Arronches, en la frontera hispano-portuguesa, entre tropas borbónicas españolas al mando de Alexandre Maître, Marqués de Bay y un ejército anglo-portugués comandado por el conde de Galway y el marqués de Fronteira. El choque tuvo como resultado una derrota anglo-portuguesa con cerca de 2.000 a 3.000 bajas entre muertos, heridos y prisioneros contra los 400 soldados españoles muertos o heridos, de acuerdo con las fuentes españolas y portuguesas contemporáneas o casi contemporáneas.[3] Los ingleses representaron el grueso de las pérdidas.[4]
Avanzando desde la población de Elvas y tras cruzar el río Caya (Caia en portugués) el ejército anglo-portugués tenía enfrente al ejército español y el 17 de mayo ambas fuerzas se encontraron en la "llanura de La Gudiña". La caballería portuguesa fue derrotada sin apenas resistencia dejando expuestos a dos batallones ingleses de infantería que fueron rodeados y obligados a dejar sus armas. El conde de Galway también estuvo a punto de ser capturado, pero poseedor de un veloz caballo, consiguió escapar. El resto de los portugueses y británicos (infantería) se retiraron en buena orden hacia Campomayor, manteniendo esa posición durante el resto de la campaña.[4][5][6]
El marqués de Bay intentó cercar a Olivenza, pero los portugueses, cuyo ejército cubría la frontera, introdujeron municiones y víveres en la plaza que lo hicieron desistir. Ambos los ejércitos se recogieron a cuarteles en sus países.[7]
Antecedentes
Después de la derrota en la Batalla de Almansa los británicos se encontraban en una situación desesperada. Apenas tenían presencia en el Sudoeste de la península ibérica y su peso e influencia en la guerra era poca o ninguna. Fue entonces cuando el conde de Galway realizó una petición formal a Londres solicitando refuerzos y Londres contestó mandando 25.000 hombres de los que aproximadamente 8.000 fueron enviados a Portugal bajo las órdenes de Galway y el resto a Cataluña.
En el pasado el conde de Galway ya había sido derrotado en Almanza y intentado conquistar la ciudad de Badajoz hasta en dos ocasiones sin éxito. Sabiendo que los franceses había retirado sus tropas a causa de las derrotas sufridas por Luis XIV en su patria, su ejército anglo-portugués (compuesto por 12.000 portugueses y 8.000 británicos),[8] atravesó la frontera cerca de la fortaleza de Campomayor en las proximidades de Badajoz. Mientras el enorme convoy de suministros atravesaba el río Caya los anglo-portugueses se encontraron en los campos de La Gudiña con la vanguardia de la caballería española.
Según el recuento portugués su ejército lo componían 35 batallones de infantería y 13 regimientos de caballería contra los 24 batallones y 16 regimientos de los borbónicos.[9] De acuerdo con una fuente española contemporánea (el cronista español Vicente Bacallar, veterano en esta guerra ), el ejército aliado tenía 20.000 hombres (de los cuales, 8.000 ingleses).[8] Algunas fuente Inglesas hablan de 9.200 infantes portugueses, 3.000 caballos portugueses y 2.800 infantes ingleses (15.000 militares en total).[10] Según la Gaceta de Londres Nº 4538 los hombres del ejército aliado se encontraban “todos en muy buen orden" y según el informe posterior de los prisioneros y en cualquier caso, los aliados eran globalmente superiores en número a los españoles,[2] aunque la caballería española fuese más numerosa que su contraria.
Por otra parte las fuerzas españolas, según su informe oficial de la batalla, estaba compuesta por 24 batallones y 47 escuadrones. La artillería de ambas partes se encontraba equilibrada con 20 piezas en cada bando.[2] Estas cifras son casi iguales a las portuguesas: 24 batallones y 16 regimientos de caballería.[9]
La batalla
El ejército conjunto, quien había tendido hasta nueve puentes a lo largo del río Caya, estaba preparado para la lucha. En el centro fueron desplegadas las tropas del marqués de Fronteira, aunque sus hombres no llegaban a ver a la infantería española por lo que no sabían qué ocurría en el campo de batalla. En el flanco izquierdo la primera línea la mandaba el conde de San Juan y la segunda línea, con tres regimientos británicos, estaba bajo las órdenes del conde de Galway. De este modo buscaban alargar su flanco aprovechando su superioridad numérica y así sobrepasar el flanco opuesto del enemigo.
Tras varios ataques españoles ideados para atraer a las fuerzas anglo-portuguesas, Alexandre Maître, Marqués de Bay, quien había posicionado a la caballería española en el flanco derecho, lanzó un ataque sobre las tropas portuguesas de la primera línea. La muy experimentada y bien entrenada caballería española obligó a los portugueses a retirarse y aunque el conde de San Juan trató desesperadamente de reorganizar sus tropas le resultó imposible y fue capturado por la caballería junto a muchos de sus hombres y una batería de artillería.
Lord Galway entonces lanzó un ataque con tres regimientos para tratar de retomar la batería pero los dragones españoles desmontaron y entablaron combate contra ellos obligando a los ingleses a retirarse dentro de un edificio. Fue en ese momento cuando Lord Galway montó en un caballo y huyó. Dos oficiales ingleses fueron capturados y los regimientos británicos prácticamente aniquilados.
La primera y segunda línea británico-portuguesa huyeron y el centro de la formación, sin caballería, también huyó antes incluso de que la caballería española llegara a su posición abandonando en su huida sobre el campo de batalla pertrechos, equipamiento y armas. Huyeron atravesando de nuevo el río Caya pero sin destruir los puentes a su paso. La caballería española los persiguió matando a unos 1.500 y capturando a unos 1.000.
Consecuencias
El ejército anglo-portugués sufrió una derrota deshonrosa, perdiendo los coaligados entre 2.000 a 3.000 hombres entre muertos, heridos y prisioneros,[3] siendo los ingleses quienes soportaron mayores perdidas.[4] Por el otro lado, los españoles tan solo perdieron 400 hombres y 100 caballos entre muertos y heridos además de apresar 17 cañones, 15 estandartes, diverso equipamiento y varios oficiales de alto rango aunque Lord Galway consiguió escapar por muy poco.[2] Sin embargo, la batalla no fue particularmente sangrienta y no tuvo consecuencias territoriales o políticas. Se mantuvo el statu quo . Como escribió el cronista español Vicente Bacallar, veterano en esta guerra, esta fue una "infructuosa victoria de los españoles ".[11]
Sobre el comportamiento de los británicos en el campo de batalla, quienes desacreditaron a los portugueses, un analista londinense actual ha dicho: "Por mi parte yo creo que las historias y las excusas que nos llegaron desde allí son, como poco, tan pobres como parece haber sido nuestra conducta y lucha. La victoria que trajo tan buenos resultados a Felipe V de España se debe al brigadier Henry Crofton quien al mando de su regimiento de dragones formado por cuatro escuadrones estaba en la primera línea del ala derecha y su impetuosa carga sobre los oponentes portugueses rompió, superó y puso en fuga en menos de media hora a toda la caballería de la segunda línea".[12]
↑ abc Este número es corroborado por fuentes españolas y portuguesas contemporáneas o casi contemporáneas: 1.700 muertos o heridos y 300 prisioneros (2.000 bajas en total) según Pedro Murillo Velarde- Geographía Histórica. Imprenta de Don Agustín de Gordejuela y Sierra. Madrid, 1752, pp. 380-381; 1.700 muertos o heridos y 1.300 prisioneros (3.000 bajas en total) según Vicente Bacallar, quien participó en la Guerra de Sucesión Española - Comentarios de la Guerra de España, e Historia de su Rey Phelipe V, el Animoso, Génova, 1725, Libro X, p. 358 ; también el Ministro de la Hacienda de España, D. Pedro Rodriguez, conde de Campomanes, habla de 1.700 muertos e 1.300 prisioneros en Notícia Geográfica del Reyno, y Caminos de Portugal, Madrid, 1762, p. 125; 2.800 bajas según la historiografia portuguesa, véase Borges, João Vieira- Conquista de Madrid, Tribuna, 2003, p. 77, cifra correspondiente a «(...) A perda, que tivemos (...) foy a de oitocentos homens, entre mortos, e feridos; os dous regimentos ingleses, e o de Pedro Carle [el regimiento español fiel a Carlos III] prisioneiros», según D. António Caetano de Sousa, contemporáneo de la batalla de La Gudiña y el fundador de la Real Academia Portuguesa de Historia- Historia Genealogica da Casa Real Portuguesa, Tomo VIII, Regia Officina Sylviana e da Academia Real, 1741, p. 78. Según las fuentes inglesas las pérdidas anglo-portuguesas fueran 500 muertos y heridos y 980 prisioneros, véase Sir Henry Everett- The History of the Somerset Light Infantry (Prince Albert´s), 1685-1914, 1934, p. 71
↑ abc Don José Sabau y Blanco: «(...) la caballería Portuguesa fué enteramente derrotada; la infantería se defendió mejor, y el Marqués de Fonteyra hizo una bella retirada y llegó à Campo Mayor. Los Ingleses que la cubrian fuéron los mas maltratados». Véase: Historia General de España, Madrid, 1818, p. 133.
↑ António Henriques da Silveira (portugués): «(...) depois de serrados os batalhoens, se retirou o exército em boa ordem para Campo Mayor, sem poder ser offendido pelo inimigo». Véase Memórias Analíticas da Vila de Estremoz, Colibri, 2003, p. 256.
↑Lord Mahon (inglés): «El resto de los ingleses, apoyados por la infantería portuguesa pero abandonados por toda la caballería portuguesa, se mantuvieron firmes y con un frente irrompible, hicieron una retirada ordenada. (...)». Véase History of the War of the Succession in Spain, Londres, 1832, pp. 282-283.
Hargreaves-Mawdsley, W. N. Eighteenth-century Spain, 1700-1788: A political, diplomatic and institutional history. Rowman and Littlefield (1979) ISBN 978-0-8476-6048-3
O'Callaghan, John Cornelius. History of the Irish brigades in the service of France,: From the revolution in Great Britain and Ireland under James II., to the revolution in France under Louis XVI. (1887) ASIN B000859OQS