El conde de Tilly había entrado en el Palatinado Electoral e intentaba rodear a Heidelberg por el sur. Para ello concentró a sus 12 000 hombres en Wiesloch y abandonó el asedio de la fortaleza de Dilsberg (Neckargemünd).
El conde de Mansfeld, que disponía de 16 000 soldados a pie y 6000 jinetes, había cruzado el 23 de abril de 1622 el río Rin a la altura de Germersheim y avanzaba hacia Bruchsal para unirse con el ejército del margraveJorge Federico I de Baden-Durlach, cuyo "Regimiento Blanco" de 20 000 hombres vino a su encuentro desde Staffort.
La batalla
El 26 de abril Mansfeld intentó en vano que Tilly saliese de su buena posición en Wiesloch, y este le atacó al día siguiente en Mingolsheim, que Mansfeld había mandado incendiar para obstaculizar su avance. Más allá del pueblo las tropas de la Liga Católica se toparon en la ladera del Ohrenberg con el enemigo desplegado para el combate, que les contraatacó inesperadamente haciéndoles retroceder al pueblo.
El ejército de la Liga sufrió numerosas pérdidas (según se dice más de 2000) y el propio Tilly resultó herido. Las fuerzas de Mansfeld tuvieron 300 bajas entre muertos y heridos.
Mansfeld desistió de perseguir al enemigo y se dirigió a Bruchsal para reunirse con las tropas de Baden-Durlach, pero volvieron a separarse cuatro días más tarde. Tilly pudo retirarse a Wimpfen sin ser molestado, donde derrotaría, con los refuerzos aportados a tiempo por el general español Gonzalo Fernández de Córdoba y Cardona, a Mansfeld —que se había separado del Margrave de Baden-Durlach— el 6 de mayo en la batalla de Wimpfen.