La Caja fue fundada en el contexto histórico de eclosión de proyectos fundamentales para la economía barcelonesa que se produjo tras la entrada del general Prim en Barcelona en junio de 1843. Proyectos como la demolición de parte de las murallas de poniente, la apertura de la calle Fernando o de Ferran, el proyecto de construcción del Gran Teatro del Liceo, el primer ferrocarril de España, que unió Barcelona con Mataró, etc. En ese contexto histórico nació la Caja.
En la década de 1970 era la segunda caja catalana, por detrás de la Caja de Pensiones, aglutinando el 17,3% de los depósitos de la región.[3]
En 1977, en el último consejo de administración previo a la reforma de Fuentes Quintana, aún aparecían como titulares diversos marqueses y nobles, que salieron de la entidad con normalidad y dieron paso a una etapa de modernización bajo la presidencia de Eusebio Díaz-Morera y la dirección de Andreu Buades.
En 1979 absorbió a la Caja de la Sagrada Familia, en 1986 a la Caja Rural del Pirineo y en 1988 a la Caja Rural Provincial de Barcelona.[4]
Fusión con la Caja de Pensiones
En 1990, ante las dificultades financieras que atravesaba la Caja de Barcelona, se produjo su absorción por parte de la Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros de Cataluña y Baleares, "la Caixa", adoptando la entidad resultante el nombre de Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona, y manteniendo la marca comercial de la entidad absorbente, "La Caixa".[5]