El cambio climático en Argelia tiene efectos de gran alcance en el país. Argelia no ha contribuido de forma significativa al cambio climático,[1] pero, al igual que otros países de la región de Mena, se espera que esté en primera línea de los impactos del cambio climático.[2] Debido a que gran parte del país se encuentra en geografías ya calurosas y áridas, incluyendo parte del Sahara, se espera que empeoren los ya fuertes problemas de calor y de acceso a los recursos hídricos.[1] Ya en 2014, los científicos atribuían las olas de calor extremas al cambio climático en Argelia.[1] Argelia ocupó el puesto 46 de los países en el Índice de Desempeño del Cambio Climático 2020.[3]
Emisiones de gases de efecto invernadero
Argelia es un país poco emisor de dióxido de carbono: en 2008 producía 4.1 toneladas per cápita, menos que la media mundial de la época.[2] En ese momento el 74% de sus emisiones procedían de la producción de energía.[2]
Las tierras agrícolas y el agua ya están bajo presión tanto por la actividad humana como por la desertificación, la erosión y la pérdida de vegetación.[2] Se preveé que el cambio climático acelere este proceso, debilitando el suelo y la biodiversidad de las tierras de cultivo.[2] Se espera que todos los sectores de la agricultura del país se vean afectados: por ejemplo, el pastoreo a pequeña escala, que es una forma común de agricultura, resulta cada vez más caro, ya que los pastores tienen que cavar pozos y comprar pienso, en lugar de utilizar el pastoreo.[4]
Mitigación y adaptación
Políticas y legislación
La estrategia inicial desarrollada por Argelia, a partir de 2013, se centró en cuatro áreas: el fortalecimiento institucional, la adaptación al cambio climático, la mitigación de las emisiones de GEI y el desarrollo de la capacidad humana.[2]