La Confederación Nacional de Excombatientes (CNE), de nombre oficial Confederación Nacional de Hermandad y Asociaciones de Excombatientes, era una organización políticaespañola fundada en el tardofranquismo, noviembre de 1974, dentro de la estrategia del Búnker de estructurar un amplio movimiento político destinado a sostener el régimen franquista más allá de la muerte del dictador que sucederá un año más tarde. Dejó de existir en 2011.
Historia
Fundación
Desde el final de la Guerra civil diversos organismos y hermandades de excombatientes habían venido funcionando en el seno del régimen franquista. A comienzos de la década de 1970 se planteó la creación de una confederación que agrupase a todos los excombatientes. El 9 de junio de 1974 se aprobaron los estatutos de la nueva organización, los cuales a su vez fueron aprobados el 22 de julio de ese año por el Consejo Nacional del Movimiento.[1] La junta gestora entró en funcionamiento en el mes de septiembre.[1]
Unos meses antes Girón de Velasco había afirmado en un artículo publicado en el diario franquista El Alcázar:
Lo que se pretende [respecto a la denominada entonces apertura] en nombre de no se qué extraña libertad es olvidar el compromiso sagrado que contrajimos con el pueblo español quienes un día nos vimos en el deber inexcusable de empuñar las armas y vimos morir a nuestros mejores camaradas para que España siguiese viviendo. Olvidar esto, olvidar que miles de hombres jóvenes hicieron de su muerte un acto de servicio constituiría en nosotros una traición. [...] Proclamamos el derecho de esgrimir frente a las banderas rojas las banderas de esperanza y realidades que izamos el 18 de julio de 1936 aunque a ello se opongan los falsos liberales o quienes, infiltrados en la Administración o en las esferas del Poder,
sueñan con que suene vergonzante la campanilla para la liquidación en almoneda del Régimen de Francisco Franco.
En su congreso fundacional, la Confederación se presentó como:
Partimos del hecho irrevocable del 18 de julio de 1936. No somos excombatientes. Somos combatientes de España y de la revolución nacional.
Actividad durante la transición
Durante el proceso de transición democrática destacó por sus críticas al mismo, cumpliendo el objetivo declarado en sus estatutos de pervivencia y solidez de los principios del 18 de julio (en alusión a la fecha de la sublevación armada contra la Segunda República, 18 de julio de 1936) mediante la exaltación de la guerra civil como Cruzada contra el comunismo y en defensa del catolicismo, la denuncia de aquellos políticos vinculados al franquismo que se unieron al proceso democrático, singularmente los de Alianza Popular y Unión de Centro Democrático y la organización y celebración de los actos conmemorativos más significativos de la dictadura.
En 1980 accedió a la presidencia Juan García Carrés, antiguo dirigente del Sindicato Vertical franquista y que un año más tarde fue condenado por su participación en el golpe de Estado del 23-F. A partir de entonces la organización decayó, aunque mantiene su inscripción como formación política y en la práctica se limita a las celebraciones que tienen lugar los días 20 de noviembre en conmemoración de la muerte de Francisco Franco. Usaban con frecuencia el nombre de Confederación Nacional de Combatientes, en relación con la empresa creada Confederación de Combatientes, S.A. (CONCOMSA)[6] para editar El Alcázar.
Disolución
En octubre de 2011 fue publicada en algunos medios afines a la Confederación una carta, con membrete de la Confederación Nacional de Combatientes y firmada por su presidente, Antonio Vallejo, en la que se anunciaba la disolución de la misma el 4 de octubre de 2011 y la cesión de sus bienes a la Hermandad Nacional de la División Azul y a la Fundación Nacional Francisco Franco.[7][8]
Zafrilla Tobarra, Ricardo (1998). Universidades laborales: Un proyecto educativo falangista para el mundo obrero (1955-1978). Aproximación histórica. Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. ISBN84-89958-32-7.