Asistió al Instituto de Educación Profesional de la Mujer obteniendo los diplomas de Taquigrafía, Mecanografía, Higiene y Puericultura.[3] Su interés por las letras comenzó a la temprana edad de cinco años, cuando ya escribía y dibujaba sus propios cuentos. Interés que mantuvo a pesar del nulo estímulo de su familia, como ella misma dejaría escrito:[4]
Cuando mi madre me veía con un libro, me pegaba. Nadie de mi familia me dijo nunca "escribe, hija, escribe, que lo haces bien...". Nadie. No tengo nada que agradecer a mi familia. Pero cuando se quiere una cosa, aunque tu familia no te ayude, se consigue. Si vales de verdad y quieres algo con todas tus ganas, sales adelante seguro.
Gloria Fuertes
En 1932, a los catorce años se publicó su primer poema: "Niñez, Juventud, Vejez".[4] En 1934, al morir su madre, Gloria empezó a trabajar en Talleres Metalúrgicos, donde compaginaba sus tareas de contabilidad con la escritura de poemas. Un año después, en 1935 publicó sus primeros versos en una revista para niños y dio sus primeros recitales de poesía en Radio Madrid. Así, con apenas 17 años, escribiría su primer libro de poemas, Isla Ignorada, que no sería publicado hasta 1950.
Desde 1938 hasta 1958, fue secretaria de oficina, trabajo que desde 1939 hasta 1953 compaginó con el de redactora de la revista infantil Maravillas, donde publicaba semanalmente cuentos, historietas y poesías para niños. En su labor de redactora conoce al poeta Carlos Edmundo de Ory en 1942 -uno de los fundadores del Postismo- cuando este manda un soneto a la revista que Fuertes decide publicar; a partir de este contacto entablan una relación de amistad e intercambio intelectual, que más tarde y durante un tiempo fue, al parecer, ‘de pareja’.[4]
Entre 1940 y 1945 se estrenaron diversas obras suyas de teatro infantil y poemas escenificados en varios teatros de Madrid. También entre 1940 y 1953 comenzó a colaborar en revistas infantiles, Pelayos, Chicos, Chicas: la revista de los 17 años, Chiquitito, y los suplementos infantiles de Flechas y Pelayos (Maravillas) y del diario Arriba, para el que publicó las historietas de Coletas y Pelines, una niña de nueve años y un niño de seis, respectivamente, que alcanzaron una gran popularidad entre el público infantil. En 1949 publicó el libro Canciones para niños y en 1950 Pirulí (Versos para párvulos), organizando además la primera Biblioteca Infantil ambulante por pequeños pueblos.
De 1955 a 1960 estudió biblioteconomía e inglés en el Instituto Internacional de Madrid, donde conoció a la hispanista estadounidense Phyllis Turnbull, con la que mantuvo una relación durante quince años.[5] Allí trabajó de 1958 como bibliotecaria hasta 1961 cuando obtuvo la beca Fulbright en Estados Unidos para impartir clases de Literatura española en la Universidad Bucknell, y fue -dijo- la primera vez que pisó una universidad.[6] Posteriormente, impartió clases en el Mary Baldwin College y en el Bryn Mawr College, hasta su regreso a España en 1963. A su vuelta de Estados Unidos dio clases de español para americanos en el Instituto Internacional. En 1972 se le concedió una nueva beca de la Fundación Juan March de Literatura Infantil.
A partir de mediados de la década de 1970 sus colaboraciones en diversos programas infantiles de TVE, como Un globo, dos globos, tres globos, La mansión de los Plaff y La cometa blanca le granjearon una gran popularidad como poeta infantil, que llegaría a eclipsar en cierto modo su trayectoria poética.[7] Por su trabajo en televisión fue premiada en varias ocasiones con el Aro de Plata. A partir de este periodo protagonizó, de forma continuada e incansable, lecturas, recitales y homenajes, y continuó publicando poesía, tanto infantil como para adultos. En la cumbre se su popularidad, los humoristas de Martes y Trece le hicieron un homenaje-parodia para el Especial Nochevieja 1986.[8]
Falleció el 27 de noviembre de 1998 de cáncer de pulmón y fue enterrada en el Cementerio Sur de Madrid.[9] En su testamento dejó su fortuna (100 millones de pesetas) al orfanato conocido como Ciudad de los muchachos del padre Jesús Silva. En 2001 sus restos mortales fueron trasladados al Cementerio de La Paz de Alcobendas (Madrid).[3]
Obra literaria
Aunque ella siempre se definió como "autodidacta" y "poéticamente desescolarizada",[6] la crítica ha ligado su nombre al movimiento literario de la generación del 50 y al Postismo.
Con los de la Generación del 50 le une el haber publicado en esa época y el tipo de poesía de denuncia moral que hacían Celaya, Blas de Otero, José Hierro, García Nieto, Ángel Crespo o Bousoño entre otros, cuyos temas son: la soledad, el dolor, la injusticia social, el amor, Dios, la muerte... Sin embargo, la principal diferencia entre Gloria Fuertes y estos poetas es que, aunque los poemas de ambos salen del dolor, del desamor y del amor, ni ellos ni los ‘postistas’ supieron llegar al pueblo de la forma en que lo hacía Gloria Fuertes. Ella decía que antes de contar las sílabas, los poetas tienen que contar lo que pasa[1]
En 1942 conoció a Carlos Edmundo de Ory, integrándose en el movimiento poético denominado Postismo y colaborando en las revistas del grupo, como La Cerbatana, junto Eduardo Chicharro y Silvano Sernesi.[10]
En su obra poética no hay una división clara entre autobiografía y ficción. En ocasiones la poeta creaba una "Gloria" ficticia a la que atribuía datos aparentemente reales, pero que no eran ciertos, y en otras incorporaba información autobiográfica.[11] También narró experiencias de sí misma y de otros, algunas ocasionalmente prohibidas por la censura franquista.[12]
La guerra civil española dejó una profunda huella en ella. El antibelicismo y la protesta contra lo absurdo de la civilización están presentes en su poesía de forma categórica. Ella misma reconoció que "sin la tragedia de la guerra quizá nunca hubiera escrito poesía".
Posteriores movimientos feministas han reivindicado la importancia de Gloria Fuertes como una de las pocas voces de la poesía femenina de posguerra, junto a Carmen Conde y Ángela Figuera.[1]
Características de las obras literarias
Gloria siempre ha dejado ver en sus obras el carácter autobiográfico además de la carga
afectiva, el humor y la denuncia al mundo poético. Dicho de otra manera, la
escritora nunca ha tenido miedo de expresarse y rebelarse en sus obras ni tan poco de mostrar su lado más pícaro.
Otro aspecto interesante sobre sus escrituras es que Fuertes no sigue un único patrón, es decir, va añadiendo innovaciones junto con las corrientes populares y cultas de la tradición española. Siguiendo en esta línea, también cabe destacar que la autora muestra un grandísimo repertorio tanto cronológico como estilístico y temático y esto lo podemos ver en rasgos característicos de su literatura como: realismo social de la Generación de los 50, la inocencia y la frescura de la lírica medieval, claridad y humanismo de Antonio Machado entre muchos otros.
Gloria Fuertes y la igualdad de género
La oralidad campechana y deliberadamente cotidiana la alejó del patrón poético aceptado, especialmente de los poetas culturalistas, expresa la investigadora Sharon Keefe Ugalde de la Universidad de Texas. Varias expertas señalan que otra de las circunstancias en contra del triunfo de Gloria Fuertes fueron ser mujer, lesbiana y pobre.[12] Reyes Vila-Belda de la Universidad de Indiana destaca que abrió el espacio poético a las preocupaciones de los que no tenían voz: mujeres, trabajadores y pobres.
Reclamó los derechos de las mujeres empezando por el derecho a leer, a escribir, a trabajar o a ser poeta en un momento histórico en el que estaban reducidas al espacio doméstico. “Ser escritora suponía ir contra corriente y requería gran empeño y buscar caminos alternativos frente a puertas cerradas. Numerosos poemas suyos dejan constancia de la desigualdad de género en su época y constituyen una forma de luchar contra los límites impuestos”, señala Keefe Ugalde.
También cuestionó los modelos tradicionales femeninos presentando durante el franquismo un nuevo modelo de mujer. “El franquismo promovió una sociedad patriarcal y una cultura conservadora que excluyó a la mujer de la vida profesional y cultural”, señala Vila-Belda. “Fuertes presentó un nuevo modelo de mujer que celebraba su marginalidad y, de este modo, afirmaba su identidad. Se convirtió así en el eslabón para recuperar y continuar la modernidad”.[12]
En este marco se inscribe la publicación en 1978 de "Tres reinas magas: Melchora, Gaspara y Baltasara", considerado actualmente un clásico de la literatura infantil. Ante la imposibilidad de que Melchor, Gaspar y Baltasar fueran a Belén, sus esposas les sustituyen en el viaje y tienen un papel protagonista en la historia en contraste con la sociedad de la posguerra que relegaba a las mujeres al hogar. Las madres también son reinas magas, porque los padres han ido a la guerra y alguien tiene que seguir a la estrella y adorar al niño con sus regalos.[16]
Gloria Fuertes se retrató en su poesía autobiográfica como poeta y castiza, enamoradiza y fumadora empedernida, soltera y solitaria, religiosa y bisexual, pacifista y feminista.[6][5]
Su primer amor fue con un chico llamado Manolo, su novio, «que fue voluntario a la guerra y no regresó»; y al que describe así en el poema "Carta de la eme": «Manolo mío: mi madrileño marchoso, maduro melocotón maleable».[5] También tuvo una relación reseñable con el poeta postistaCarlos Edmundo de Ory, como parece sugerir los poemas que se cruzaron; así, en "Los brazos desiertos" le dice:[5] «¡Te quiero, aunque la vida no lo quiera!».
Pero su gran amor fue Phyllis Turnbull, una hispanista estadounidense que conoció en 1953 en la sede del Instituto Internacional de Madrid. La relación duró 15 años. Paloma Porpetta, presidenta de la Fundación Gloria Fuertes, explica que la poeta no lo ocultó: «No ocultó su lesbianismo, lo conocían sus amigos y, aunque en su obra habla del amor en general, a veces lo menciona, como cuando dice "me nombraron patrona de los amores prohibidos"».[5] La relación con Phyllis terminó en 1970, un año antes de la muerte de la hispanista. Pérdida que recordaría así en muchos de sus versos autobiográficos:[17]
Todos los míos han muerto hace años y estoy más sola que yo misma
Gloria Fuertes
Legado y homenajes
Apreciada y estudiada en el extranjero, los estudios sobre Fuertes proceden sobre todo del hispanismo estadounidense (Andrew P. Debicki,[18] Mandlove, Sherno, Persin, Capuccio, Browne…).[19] En Estados Unidos hay hasta 12 estudios especializados en ella y se han realizado allí numerosas tesis doctorales.[5]
En 1996 recibió su gran homenaje en vida. Fue el 18 de febrero y contó con la presencia de varios poetas jóvenes, entre ellos Pablo Méndez, Sergio Rodríguez, Alfonso Berrocal, Antonio Lucas, Alfonso Gota. El acto sirvió para presentar el libro Aconsejo beber hilo, número uno de la editorial Ediciones Vitruvio.
En el año 2000 se creó la Fundación Gloria Fuertes por la escritora Luzmaría Jiménez Faro, gestora de sus derechos de autor tras su muerte.[21] Los bienes de Gloria Fuertes fueron legados a una institución infantil. La fundación fue aprobada e inscrita en el Registro de Fundaciones Culturales, Docentes, de Investigación y Deportivas del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte con fecha 1 de junio de 2000.[22]
El 28 de julio de 2016, Google conmemoró el 99.º aniversario del nacimiento de Gloria con un Google Doodle en su página de inicio, con una representación de la escritora contando cuentos a unos niños.[23][24] Ese mismo año, la aerolínea noruega Norwegian Air Shuttle homenajeó a la poeta con un retrato en el estabilizador vertical de uno de sus Boeing 737-800.[25]
Conmemoración del centenario
La celebración del centenario de su nacimiento en 2017 sirvió para recuperar su papel en la poesía española de la posguerra más allá de su producción en la literatura infantil.[7]
Entre las publicaciones conmemorativas se encuentran El libro de Gloria Fuertes, con más de 300 poemas y una biografía realizada por Jorge de Cascante. Blackie Books, Geografía humana y otros poemas; Gloria Fuertes con prólogo de Luis Antonio de Villena editado en Nórdica y Me crece la barba. Poemas para mayores y menores. Gloria Fuertes. de Reservoir Books.
Se realizó una exposición en el Centro Cultural Fernando Fernán Gómez Gloria Fuertes 1917-1998 recorriendo la vida y obra de la poeta a través de fotografías, poemas, documentos y otros objetos personales.
Premios
Gloria Fuertes obtuvo los siguientes premios y reconocimientos a lo largo de su carrera:[26]
↑Del ‘postismo’ quedó en Gloria Fuertes una actitud poética desmitificadora por vía del humor que ella utiliza como forma crítica de construir la realidad y descubrir la verdad de las cosas.