En la década de 1930 aparecieron las primeras agrupaciones ibañistas como la Alianza Popular Libertadora, la cual era integrada por socialistas y nacistas. Sin embargo, hasta 1952 el ibañismo no lograría superar el 12%.
En 1952, Carlos Ibáñez ganó sorpresivamente la elección presidencial, pues nadie le daba una real posibilidad de ser elegido, debido a su independencia y a la carencia de apoyo político, dado que los partidos que lo apoyaban eran el Partido Agrario Laborista (PAL) y el Partido Socialista Popular (PSP), que apenas sumaban 20 diputados y un 12.5% del electorado.
La victoria de Ibáñez fue un verdadero "terremoto político", que tenía como explicación la decepción de los votantes con los partidos políticos y en especial por el desencanto con el radicalismo. Las consecuencias de esto sería que en las elecciones parlamentarias de 1953, el ibañismo obtuvo el 41% y 62 diputados electos, mientas los partidos más tradicionales (Partido Liberal, Partido Conservador Unido y Partido Radical de Chile) bajaran sus escaños en el parlamento y en las votaciones.
Decadencia
El gran problema del ibañismo es que se dividía en 14 agrupaciones, entre ellas las más fuertes eran PSP y PAL, sin embargo estos partidos se volvieron cada vez más desordenados y en algunos casos (como el PSP) hasta opositores, lo que acabó con el fracaso de Ibáñez, que en la elecciones de 1957 obtuvo apenas 20 diputados.
En la elección presidencial de 1958 los movimientos ibañistas se repartieron entre los distintos candidatos. El más beneficiado fue el demócratacristiano Eduardo Frei Montalva, que recibió el apoyo del PAL. El antiguo PSP, reunificado con el PS desde 1957, levantó la candidatura de Salvador Allende. Los pequeños grupos de derecha, en tanto, se reunieron en los Comandos Populares y en la Alianza de Partidos y Fuerzas Populares para respaldar al independiente de derecha Jorge Alessandri, quien finalmente resultó elegido.
En 1961 solo existía un grupo ibañista, el Partido Democrático Nacional (PADENA) y que desde 1969 en adelante no obtuvo representación en el Congreso Nacional. La disolución del ibañismo benefició a la izquierda y a la Democracia Cristiana, no a la derecha como muchos pensaron en aquella época, ya que las tendencias políticas del ibañismo siempre fueron ambiguas.
Joaquín Fernández Abara: El Ibañismo (1937-1952). Un Caso de Populismo en la Política Chilena. Santiago, Instituto de Historia. Pontificia Universidad Católica de Chile, 2007.
Joaquín Fernández Abara: Nacionalistas, antiliberales y reformistas. Las identidades de la militancia ibañista y su trayectoria hacia el populismo (1937-1952), en Ulianova, Olga (Editora): Redes políticas y militancias. La historia política está de vuelta. Santiago. IDEA-USACH/ Ariadna Editores, 2009.