Apenas habían pasado unos meses de su nacimiento en Champaña, se iniciaron negociaciones para un matrimonio con un hijo (Enrique de Inglaterra) de Eduardo I de Inglaterra con un encuentro en Bonloc (30 de noviembre) entre el monarca inglés y el navarro que regresaba definitivamente a Navarra. Con esta unión existía la posibilidad de la creación de un reino navarro-gascón, en ambas vertientes pirenaicas, que chocaba con los intereses de la monarquía francesa. El fallecimiento de Enrique (22 de julio de 1274) y del heredero inglés (14 de noviembre) truncó esta posibilidad y abrió el interés de otras monaquías próximas.[2]
Reina de Navarra
Sucedió a su padre Enrique I, con poco más de 18 meses,[1] con su madre como regente. Esta situación supuso un aumento de las presiones de castellanos, aragoneses y franceses, por casarse con la heredera e incorporar así el reino a sus dominios. Blanca de Artois, la madre de Juana, francesa, era sobrina del fallecido rey Luis IX, hermano de su padre Roberto I de Artois, por lo que pidió ayuda a su primo hermano Felipe III de Francia. El monarca decidió casarla con su hijo Felipe, cuando ella tenía 11 años y él 16, anticipándose a Alfonso X el Sabio, que deseaba casarla con su hijo. De ese modo, Felipe el Hermoso se convirtió en el rey Felipe I de Navarra, conde de Champaña y de Brie. La corona del reino de Navarra queda, desde este momento, unida a la corona del reino de Francia.
Subida al trono de Francia
Al año siguiente, en 1285, falleció Felipe III y su hijo subió al trono como Felipe IV. Defendía un estado centralizado y omnipotente, y la necesidad de dinero para mantener este tipo de gobierno influyó en la política que se aplicó en Francia y en Navarra:
devaluación de la moneda, bajando su peso de oro y plata;
imposición de fuertes impuestos a los judíos, detentadores del dinero, ya que la Iglesia prohibía a los cristianos dedicarse a la banca;
venta de títulos nobiliarios a los burgueses ricos;
exención de obligaciones a los siervos a cambio de dinero;
imposición de diezmos al clero.
Conflictos con la Iglesia romana
Ante estas medidas, el PapaBonifacio VIII respondió prohibiéndole al clero proporcionar subsidios a los laicos. El rey prohibió la salida de oro y plata del reino, con la protesta del Papa. Finalmente Bonifacio VIII cedió, pero en 1301 el rey detuvo al obispo de Pamiers, y Bonifacio VIII reaccionó acusando al rey de violar las prerrogativas de la iglesia y se disponía a excomulgarlo, cuando fue detenido por los hombres de este. El Papa murió al mes de este suceso, después de ser liberado por la población de la ciudad.
Sus sucesores, Benedicto XI y sobre todo Clemente V, elegido por intervención de Felipe, hicieron marcha atrás: Clemente V nombró cardenales franceses, derogó todas las decisiones de Bonifacio VIII contra Felipe IV y se instaló en Aviñón. El estado francés había vencido a Roma.
Por último, como los Templarios, debido a su prestigio, habían ejercido como banqueros, decidió hacerse con sus riquezas, lo que logró acusando a la Orden hasta conseguir su disolución. Los jefes, incluido el Gran MaestreJacques de Molay, fueron detenidos en 1307 acusados de herejía. En 1309, un primer grupo de templarios fue a la hoguera. En 1312, la Santa Sede suprimió la orden, pero en 1314 Felipe mandó quemar a los dignatarios del Temple como relapsos. Así pudo apoderarse de los bienes mobiliarios de la orden; los inmobiliarios fueron otorgados a los hospitalarios.
En Navarra, el régimen francés acentúa el anti-judaísmo, los reyes Felipe y Juana limitan la acción de los hebreos al establecer que en sus préstamos sólo recibirían lo prestado, sin ningún tipo de interés.
Otorgó a la orden de Grandmont la iglesia de Corella con todas sus rentas, valoradas en 125 libras anuales, a cambio de los bienes del monasterio de Tudela, que revirtieron a la corona, salvo el solar en que estaba edificado, el huerto, el acueducto y el aprovechamiento del monte de las Bardenas.
Sin embargo, no pudo derogar el Fuero General de Navarra, puesto por escrito en 1250 por la nobleza para evitar los abusos reales.
Al fallecer Juana en 1305, los naturales del reino navarro acordaron guardar el reino para su hijo Luis pues no querían seguir manteniendo a Felipe el Hermoso como rey en Navarra. Finalmente Luis juró los fueros en octubre de 1307.[3]
Margarita (1290 - 1294): estuvo comprometida con el rey Fernando IV de Castilla pero su muerte prematura frustró el matrimonio.
Blanca (1293 - 1294).
Felipe el Largo (1291 - Longchamps, 3 de enero de 1322): conde de Borgoña por su matrimonio con Juana de Borgoña (1307) y conde usufructuario de Poitiers (1311). Sucedió en el trono de Francia a su sobrino Juan I, de quien era regente. Fue rey de Francia como Felipe V desde 1316 a 1322. Estableció la ley sálica o ley de los varones, eliminando de la sucesión del trono en la línea principal de los Capetos a su sobrina, Juana.
↑ abHerreros Lopetegui, Susana (1993). «Navarra en la órbita francesa». Historia Ilustrada de Navarra. Pamplona: Diario de Navarra. ISBN 84-604-7413-5.