Para el programa de televisión soviético, véase Una luz azul.
Se conoce como luz azul al rango del espectro de luz visible que tiene una longitud de onda entre 400-495 nm. La luz azul es un tipo de luz visible de alta energía como lo son el violeta y el índigo.[1] La exposición retiniana a la luz azul, provoca respuestas no visuales en los seres humanos, incluida la modulación del estado de alerta y la cognición. La exposición a la luz azul reduce directamente la somnolencia, por su efecto de estimulación encefálica.[2]
Se descubrió en un estudio del Instituto Nacional de Investigación Biomédica Espacial (INIBE) que la luz azul ayuda a las personas a combatir el cansancio. INIBE ha llevado a cabo docenas de experimentos con luz azul en sujetos de prueba. Incluso tienen un laboratorio donde se albergan sujetos de prueba. Si bien el estudio está destinado a ayudar a combatir la somnolencia durante el vuelo espacial, el programa también tiene como objetivo ayudar al público a combatir la fatiga nocturna, ya que millones de personas sufren de pérdida crónica de sueño o trastornos circadianos. Se ha descubierto que la luz azul reduce directamente la somnolencia. Los sujetos de prueba expuestos a la luz azul pudieron mantenerse alertas durante la noche cuando las personas se sienten más adormecidas. Los efectos de la luz azul duraron solo mientras la luz azul estaba encendida, generalmente varias horas. Los beneficios para astronautas, pilotos, conductores de camiones y trabajadores de fábricas y hospitales podrían ser enormes. Pero también se detectaron riesgos.[3]
En 2003, el neurocientífico Steven Lockley y colegas publicaron en 2003 lo que ocurría cuando se exponía a un grupo de sujetos a luz azul durante seis y media horas, comparándolo con otros que pasaban el mismo tiempo en un entorno con luz verde, y resultó que la luz azul suprimía la síntesis de melatonina (N-acetil-5-metoxitriptamina), hormona cuyas concentraciones varían de acuerdo al ciclo diurno/nocturno.[4] A esta sustancia se le ha dado a llamar la hormona del sueño.
La sensibilidad a la luz azul está relacionada con un fotopigmento de nombre melanopsina que es especialmente sensible a esta longitud de onda (460-485 nm) y que se encuentra en células ganglionares fotosensibles de la retina, que están involucradas en la regulación del ritmo circadiano y los reflejos pupilares y otras respuestas no visuales a la luz.
En un estudio hecho por Gilles Vandewalle y colegas en 2007, notaron que la luz azul aumenta el ritmo cardíaco y eleva la temperatura corporal. Así mismo observaron que cuando una persona es expuesta a la luz azul mientras realizaba tareas de memorización, había una mejora en la respuesta en áreas de la corteza frontal y parietal del cerebro, según se demostró usando electroencefalogramas.[5]
Riesgos
Se ha demostrado que la exposición aguda a la luz de alta intensidad causa pérdida de fotorreceptores en macacos rhesus y otras especies.[6]
↑Belardes, Nick (2014). «2». A people's history of the peculiar: a freak show of facts, random obsessions and astounding truths(Epub|formato= requiere |url= (ayuda))(en inglés) (1a edición). USA: Viva Editions. ISBN9781936740833.|fechaacceso= requiere |url= (ayuda)