Nació en el año 162 y recibió los mismos nombres que su padre.[2] El 12 de octubre del año 166, a petición de su tío Lucio Vero, su padre le concedió el título de César y permitió que desfilara en el triunfo que conmemoraba las victorias de Lucio Vero en Oriente.[3] Tras detectársele un tumor detrás de la oreja, murió debido a complicaciones en la extirpación en el año 169 a la edad de siete años,[4] en la época de la celebración de los juegos dedicados a Júpiter Óptimo Máximo, a mediados de septiembre.[5]
Marco Aurelio solo lamentó su muerte cinco días, mientras continuaba con su trabajo público. Argumentó que los juegos dedicados a Júpiter no debían ser interrumpidos con su duelo.[6] Tal acto probablemente se debió a su filosofía estoica, que enseñaba sobre los peligros de la emoción, y las normas culturales romanas, que trataban el dolor intenso por la pérdida de seres queridos como poco viril y antinatural.[7] Ordenó que se levantaran estatuas en su honor y que se llevara una imagen dorada del príncipe durante la procesión de los juegos.[7]