Al día siguiente de su nacimiento, la infanta fue bautizada en el Palacio Real por el arzobispo de Toledo, Cirilo de Alameda y Brea. El motivo de un bautismo tan apresurado se debió a la alta probabilidad de que la infanta falleciera prematuramente, como ya había sucedido con otros tres hijos de la reina. Sus padrinos fueron el príncipe Adalberto de Baviera y la infanta Amalia de Borbón, sus tíos representados por el padre de esta última, el infante Francisco de Paula.[5]
En 1868, cuando tenía seis años, su familia se vio forzada a abandonar España por la llamada Revolución Gloriosa, que destronó a Isabel II. Cuando se produjo el estallido, la familia real se encontraba pasando sus vacaciones de verano en San Sebastián, desde donde tuvo que cruzar la frontera hispano-francesa dos días después de la derrota del ejército realista en Alcolea. En el exilio en Francia, la reina se estableció en París con sus hijos mientras el rey consorte decidió seguir una vida separada en Épinay. La infanta creció en el Palacio de Castilla y fue educada junto a sus hermanas, María del Pilar y Eulalia, en el colegio del Sagrado Corazón de París. Recibió su primera comunión en Roma de parte del papaPío IX.
Restauración
En 1874, el general Martínez Campos proclamó en Sagunto a Alfonso XII, restaurando así la monarquía borbónica. Tres años después, la reina y sus hijas regresaron a España, instalándose primero en El Escorial y luego en el Alcázar de Sevilla. Cuando su madre hizo de París su residencia permanente por presión del gobierno, Paz y sus hermanas se trasladaron al Palacio Real de Madrid, residencia oficial del rey.
En 1879, Paz quedó profundamente afectada tras la repentina muerte por meningitis tuberculosa de su más cercana hermana, la infanta Pilar, durante unas vacaciones estivales en Escoriaza.
Matrimonio
Para la primavera de 1880, ya existían planes para el compromiso de la infanta con su primo hermano, Luis Fernando de Baviera. El príncipe era hijo de su tía y madrina, la infanta Amalia de Borbón, y había sido compañero de Alfonso XII en Múnich. La infanta Amalia albergaba la idea de casar a su sobrina, una infanta de España, con su hijo, un príncipe de Baviera, como lo había hecho ella y para ello escribió a su hermano, Francisco de Asís y a su cuñada, la ex reina, quienes aceptaron el proyecto.
Ese mismo año, Alfonso XII invitó a Madrid a su primo para que conociera a la infanta. El 5 de junio, Paz escribía en su diario:
La tía Amalia de Baviera (viuda del príncipe Adalberto) está en París con sus hijos, Luis y Alfonso, y su hija mayor, Isabel. Luis quiere absolutamente conocerme, porque le ha gustado mi retrato. Mi hermano los ha convidado a todos a Madrid. Los dos hermanos vendrán en otoño. He oído hablar muy bien de Luis. Dicen que es serio y amable. Probablemente me creerá por el retrato mejor de lo que soy en realidad. Dejo todo en manos de Dios...
Cuando la infanta llegó a conocer al príncipe, en el otoño de 1880, quedó con tan mala impresión sobre él que abandonó la idea del compromiso. Sin embargo, en 1883, cuando el príncipe regresó a España para pedir la mano de la infanta una vez más, esta aceptó, anunciándose oficialmente el compromiso el 23 de enero.
La boda tuvo lugar el 2 de abril de 1883 en la capilla del Palacio Real de Madrid, siendo sus padrinos los reyes Alfonso XII y María Cristina de Habsburgo-Lorena. A la ceremonia asistió la mayoría de los miembros de la familia real, incluyendo a Isabel II, excepto su padre, quien permanecía retirado en Épinay. Por el acuerdo matrimonial firmado un día antes, la infanta conservó sus derechos sucesorios al trono de San Fernando y recibiría una asignación anual de 150.000 pesetas.
Tras una visita a su padre en París, la infanta y el príncipe se trasladaron a Múnich, instalándose en el palacio de Nymphenburg.
Vida en Baviera
En Baviera, la infanta se dedicó a trabajos de caridad y al desarrollo de la educación escolar. Colaboró en la ampliación del asilo de niños pobres St. Marien-Ludwig-Ferdinand, en Neuhausen, cerca de Nymphenburg, y fundó junto al capuchino Cipriano la Legión Infantil. En 1913 fundó en los terrenos del palacio de Nynphemburg un Pedagogium dedicado a albergar a estudiantes españoles sin recursos y que fue disuelto tras la revolución de 1918. Por sus servicios en la creación del Pedagogium español, Alfonso XIII le concedió la gran cruz de la Orden Civil en 1914.
Durante sus estancias en España, alternó entre el Palacio Real, el palacete de los duques de Riánsares (Tarancón) y su finca en Saelices (Cuenca).
Después de la caída de la monarquía bávara en 1918, a Paz y su familia se les permitió seguir residiendo en un ala del palacio de Nymphenburg; sin embargo, ese mismo año se trasladaron a un piso en la Odeonsplatz de Múnich. La economía de la familia se sostuvo con los ingresos de la lista civil española, provenientes de su posición de infanta de España.
Últimos años
A la llegada del nazismo al poder en 1933, su familia fue puesta bajo una estricta vigilancia. La Gestapo le prohibió mantener correspondencia con España, salvo excepciones como su sobrino, el ya exiliado Alfonso XIII. Al fin de la Segunda Guerra Mundial, el Ejército de los Estados Unidos ocupó Múnich. Varios soldados asaltaron a la infanta y su esposo, como lo narró en sus memorias el príncipe Constantino de Baviera:
Les amenazaban con un revólver gritando: ‘¡Venga, las joyas!’. Mi abuela Paz les entregó un joyero con las alhajas heredadas de su madre, Isabel II, que habían podido salvarse. Los norteamericanos, para probar la autenticidad del botín, rascaron las piedras preciosas contra el cristal de una ventana. Luego se enfurecieron: ‘¡No quedan señales; es todo falso!’ Mi abuela, con voz tranquila, respondió en inglés: ‘Qué curioso, siempre creí que las joyas de mi madre eran
auténticas’.
A principios de 1946, la infanta sufrió una caída por escaleras en el palacio de Nymphenburg. El accidente la dejó postrada por varios meses hasta que falleció el 4 de diciembre de ese mismo año. Uno de los anarquistas españoles a los que la infanta socorrió en Baviera tras la guerra civil escribió:
Paz agonizó el 3 de diciembre de 1946, a las 5.45 de la mañana. Ese día lo recuerdo como el más amargo y triste de mi vida, consciente de que con el cerebro y el corazón de Paz habíamos perdido no sólo a la persona más profundamente amada por todos nosotros, sino también todas nuestras esperanzas por una reconciliación pacífica y fraternal entre las dos Españas.
Buscando las huellas de Don Quijote. Freiburg, 1905.
Poesías. Freiburg, 1904.
Emmanuela Theresa von Order St. Clara, tochter des Kursfürsten Max Emanuel von Bayern 1669-1750 (Manuela Teresa de la Orden de Santa Clara, hija del elector Maximiliano Manuel de Baviera 1669-1750). Múnich, 1902.
Además, la infanta tradujo al español las obras históricas de su hijo, el príncipe Adalberto, y fue una asidua colaboradora de ABC.
Títulos, tratamientos y distinciones
Títulos y tratamientos
● 23 de junio de 1862-2 de abril de 1883:
Su alteza real la serenísima señora infanta Doña María de la Paz de España
● 2 de abril de 1883-4 de diciembre de 1946:
Su alteza real la serenísima señora princesa Doña María de la Paz de Baviera, infanta de España
En Baviera::
● 2 de abril de 1883-4 de diciembre de 1946:
Su alteza real la señora princesa Luis Fernando de Baviera
↑Crónica de los Festejos Reales celebrados con motivo del Regio Enlace de S.M. El REY DON ALFONSO XII con S.A. la Archiduquesa de Austria DOÑA MARIA CRISTINA en 29 de noviembre de 1879. Autor: LEOPOLDO VAZQUEZ Y RODRIGUEZ. Madrid. IMPRENTA ENRIQUE RUBIÑOS, Plaza de la Paja, 10. 1880