Planeada originalmente como una instalacióntemporal - primero por 4 meses que se prorrogaron un año - en diciembre de 2013 las autoridades del Ayuntamiento y del Distrito de Mitte decidieron otorgarle el estatus de permanente.[3] Así fue corroborado mediante votación en el Parlamento del Distrito de Mitte en octubre de 2014. La fundaciónartística “Lux-Bethlehem”, que integra veinte de las instituciones públicas y privadas que promovieron la consolidación de la pieza como monumento público permanente, garantiza la totalidad del mantenimiento, financiándolo a través de diversas iniciativas benéficas.
Simbolismo
La escultura monumental está dedicada a la libertad de conciencia y a la inmigración. Al papel de Berlín como ciudad de acogida y de tolerancia, con espíritu europeísta. La iglesia Bohemia de Belén fue construida entre los años 1733 y 1735 en medio del ensanche “Friedrichstadt” -actual distrito de Mitte- representando uno de los capítulos más grandiosos en las relaciones entre Prusia y Bohemia. Gracias al emperador Federico Guillermo I de Prusia, los refugiados Bohemios, que se habían expatriado por razones religiosas, fueron acogidos en el Friedrichstadt de Berlín, como lo fueron refugiados de otros orígenes cómo los Hugonotes Franceses. Un símbolo de tolerancia y apertura, rasgo esencial del Estado Prusiano. En 1943 fue dañada por un bombardeo. En 1963 la iglesia fue demolida completamente y su espacio incorporado a las instalaciones del Checkpoint Charlie.
Juan Garaizabal se proclama a sí mismo como un emigrante español en Berlín, dónde considera haber alcanzado su libertad artística efectiva. Su Memoria Urbana Berlin es un tributo a la valentía de los emigrantes Bohemios, y de todos los emigrantes incluido él mismo, y a la generosidad y grandeza pasada de los Prusianos y presente de los Berlineses. Con su intervención el artista construye una aventura técnica y estética contemporánea sobre la esencia heroica del pasado. Sintetiza así también la habilidad de la ciudad para extraer la esencia positiva del pasado y proyectarla con fuerza hacia el futuro. Así, la iglesia Bohemia recupera su presencia y su uso como lugar de reunión, reflexión y reconciliación, volviendo a brillar con luz vanguardista cada noche.
“Para aproximarse a mi trabajo no hay que ser erudito. Eso sí, el contacto con él genera un fuerte deseo de saquear las bibliotecas y archivos” (Juan Garaizabal).