Raurich se centró en un paisajismo de técnica personal, que aunaba un potente colorido de tonos contrastados y casi puros con una materia de fuerte grosor, con una corporeidad que potenciaba el color y la luz —se llegó a decir de él que era de los pocos que había sabido captar la esencia de la luz mediterránea, superando incluso las mejores técnicas impresionistas—, una técnica que abrió camino al arte del siglo XX, tanto figurativo como abstracto.[3] Destacó también en sus cuadros nocturnos y practicó también el retrato y la naturaleza muerta.[4]
Participó en diversas exposiciones, en algunas de las cuales recibió varias distinciones: mención de honor en la Exposición Nacional de 1892; segunda medalla en la Nacional de 1897; mención de honor en el Salón de la Sociedad de Artistas Franceses de 1900; y primera medalla en las Exposiciones Internacionales de Atenas (1903) y Barcelona (1907) y en la de Artes e Industrias de México (1910).[2]
Socías, Jaume; Casanovas, Josep; Garrut, Josep Maria (1981). Modernisme a Catalunya (tomo II)(en catalán). Barcelona: Edicions de Nou Art Thor. ISBN84-7327-052-5.