Nicolás I Mirkov Petrović-Njegoš (alfabeto cirílicoserbio: Никола I Мирков Петровић-Његош; Njeguši, 25 de septiembrejul./ 7 de octubre de 1841greg.-Antibes, 1 de marzo de 1921) fue el único rey de Montenegro, reinando primero como príncipe desde 1860 hasta 1910 y ya luego como rey, desde 1910 hasta 1918. Fue también un poeta: Onamo, 'namo, un himno popular de Montenegro, es una de sus obras más notables.
Primeros años
Nicolás nació en Njeguši, antiguo hogar de la casa de Petrović-Njegoš. La población montenegrina estaba tradicionalmente encuadrada en un sistema de clanes, grupos familiares emparentados por línea paterna, y tribus, que agrupaban a un número variable de clanes próximos. Nicolás pertenecía al clan Petrović ('hijo de Petr') incluido en el clan Njeguši, llamado así por el lugar donde celebraban sus asambleas o zbori.[4] Su padre, Mirko Petrović-Njegoš (Gran Duque de Grahovo), un guerrero famoso montenegrino, era el hermano mayor del vladikaDanilo I, príncipe de Montenegro, que no dejó ningún descendiente masculino.
Desde 1696, cuando el título de vladika, o príncipe-obispo, se convirtió en hereditario en la familia Petrović, el trono descendió de tío a sobrino debido a que los vladikas pertenecían a la orden de los clérigos negros a quienes se les prohibía casarse. Esto cambió cuando el príncipe Danilo I (que fue primero príncipe-obispo como Danilo II de Montenegro), renunció al oficio episcopal, se casó y declaró que se heredaría el título por línea directa masculina. Mirko Petrović-Njegoš renunció a sus derechos al trono, de manera que su hijo fue nombrado heredero, y el viejo sistema sucesorio se mantuvo sin incidentes.
El príncipe Nicolás, que había sido educado desde la infancia en ejercicios marciales y atléticos, pasó una parte de su temprana infancia en Trieste en la casa de la familia Kustic, a la que pertenecía su tía, la princesa Darinka, la esposa de Danilo II. La princesa era una ardiente francófila y, a sugerencia suya, el joven heredero de los vladikas fue enviado al Lycée Louis-le-Grand de París. Pero a diferencia de su contemporáneo, el rey Milan I de Serbia, el príncipe Nicolás estuvo poco influenciado en sus gustos y hábitos por su educación parisina. El joven montañés, cuyo agudo patriotismo, capacidad de liderazgo y talentos poéticos se mostraron muy temprano, no mostró inclinación por los placeres de la capital francesa durante mucho tiempo, y siempre estaba ansioso por regresar a su tierra natal.
Mientras todavía estaba en París, en 1860 asesinan a su tío Danilo I y debe sucederlo como príncipe. Al ser Mirko Petrović padre del príncipe Nicolás y habiendo declinado su derecho al trono, su hijo, el príncipe Nicolás, fue nombrado heredero, lo que provocó la accidental supervivencia del viejo sistema de sucesión tío-sobrino. En noviembre de 1860 se casó con Milena, hija de un vaivoda llamado Petar Vukotić.
En el período de paz que siguió, Nicolás llevó a cabo una serie de reformas militares, administrativas y educativas. El país se vio envuelto en una serie de guerras con el Imperio Otomano entre 1862 y 1878. En 1867 conoció al emperador Napoleón III en París, y en 1868 emprendió un viaje a Rusia, donde recibió una afectuosa bienvenida del zar Alejandro II de Rusia. Posteriormente visitó las cortes de Berlín y Viena. Sus esfuerzos por conseguir las simpatías de la familia imperial rusa se tradujeron en resultados importantes para Montenegro. El zar y la zarina otorgaron subsidios considerables para fines educativos y de otro tipo, y se enviaron suministros de armas y municiones a Cetiña. En 1871, el príncipe Dolgorukov llegó a Montenegro en una misión especial del zar y distribuyó grandes sumas de dinero entre la gente. En 1869, el príncipe Nicolás, cuya autoridad ahora estaba firmemente establecida, logró evitar que los impetuosos montenegrinos ayudaran a los krivosianos en su revuelta contra el gobierno austríaco. Del mismo modo, en 1897 comprobó la emoción marcial causada por el estallido de la guerra greco-turca de 1897.
En 1876 Nicolás aprovechó el levantamiento de Bosnia-Herzegovina contra el Imperio Otomano para reclamar a su vez la independencia de Montenegro. Su reputación militar se vio reforzada por esta campaña y más aún por su apoyo a Rusia en la guerra ruso-turca de 1877/78, durante la cual conquistó Nikšić, Bar y Ulcinj. Montenegro finalmente obtuvo su independencia durante el Tratado de San Stefano el 3 de marzo de 1878, así como el acceso al mar Adriático durante el Congreso de Berlín el 14 de julio. Nicolás justificó la guerra como una venganza por la batalla de Kosovo (1389). En 1876 envió un mensaje a los montenegrinos en Herzegovina:
Bajo Murad I, el zarato serbio fue destruido, bajo Murad V tiene que levantarse nuevamente. Este es mi deseo y el deseo de todos nosotros, así como el deseo de Dios todopoderoso.
En las décadas siguientes el país gozó de una considerable prosperidad y estabilidad. La educación, las comunicaciones y el ejército se expandieron enormemente (este último con el apoyo de la Rusia zarista). En 1883 el príncipe Nicolás visitó al sultán, con quien posteriormente mantuvo unas relaciones más cordiales; en 1896 celebró el bicentenario de la dinastía Petrović, y en el mismo año asistió a la coronación del zar Nicolás II. En mayo de 1898 visitó a la reina Victoria en el castillo de Windsor.
Rey de Montenegro
En 1900, Nicolás tomó la categoría de Alteza Real.
Según Bolati, la corte montenegrina no se afligió mucho por el asesinato de Alejandro I de Serbia, pues se lo veía como a un enemigo de Montenegro y un obstáculo para la unificación de las tierras serbias. "Aunque no se dijo abiertamente, se pensó que la dinastía Petrović lograría [la unificación]. Todos los procedimientos del rey Nicolás demuestran que él mismo pensaba eso".
Nicolás I dio a Montenegro su primera constitución en 1905, después de estar presionado por la población, ansiosa por más libertad. También introdujo códigos de derecho penal y libertad de prensa al estilo de Europa occidental. En 1906, introdujo la nueva moneda montenegrina, el perper. El 28 de agosto de 1910, durante la celebración de su jubileo, asumió el título de rey, de acuerdo con una petición de la Skupština. Al mismo tiempo, fue nombrado mariscal de campo del ejército ruso, un honor que nunca antes se había conferido a ningún extranjero, excepto al duque de Wellington. Cuando estallaron las Guerras de los Balcanes en 1912, el rey Nicolás fue uno de los aliados más entusiastas, pretendiendo arrojar a los otomanos de Europa de forma definitiva. Desafió a los Poderes y conquistó Shkodër a pesar de que bloquearon toda la costa de Montenegro. El Tradado de Londres con el que se puso fin a esta guerra, volvió a ampliar los límites de Montenegro. De nuevo en la Gran Guerra que comenzó en 1914, se unió a la triple Entente y fue el primero en ayudar a Serbia a repeler a las fuerzas austriacas de la península de los Balcanes.
El 29 de diciembre de 1915, Montenegro capitula, después de la derrota de Serbia, y fue ocupado por Austria-Hungría. Entonces el monarca huyó con su familia a Italia y luego a Francia. El gobierno transfirió sus operaciones a Burdeos. Pero las fuerzas montenegrinas continuaron luchando como parte del ejército francés del este y el rey visitó el frente.
Después del final de la Primera Guerra Mundial, una reunión en Podgorica votó para destituir a Nicolás I y anexar Montenegro a Serbia. Unos meses más tarde, Serbia (incluida Montenegro) se fusionó con los antiguos territorios eslavos del sur de Austria-Hungría para formar el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, que pasó a llamarse Yugoslavia en 1929. Nicolás se exilió en Francia en 1918, pero continuó reclamando el trono. Decepcionado por sus esperanzas y entristecido por las penas familiares, se instaló permanentemente en la Riviera francesa en la villa Les liserons en Antibes, donde murió de una hemorragia cerebral, rodeado de sus hijos, los príncipes Pedro y Danilo, sus hijas, las princesas Xenia y Vera, y su yerno, el Gran Duque Nicolás de Rusia. Fue enterrado en San Remo, en Italia, hasta que en 1989, sus restos, los de la reina Milena y dos de sus doce hijos fueron trasladados a Cetiña y enterrados allí.
Matrimonio e hijos
En noviembre de 1860 contrajo nupcias con Milena Vukotić (1847-1923), hija del voivoda Petar Vukotić y de Jelena Voivodić. Fueron padres de doce hijos que se muestran a continuación. Cinco de sus hijas se casaron con príncipes y reyes europeos, lo que le dio a Nicolás el sobrenombre de "el suegro de Europa", un sobrenombre que compartió con el rey Cristián IX de Dinamarca.