La piedra de Caen es una piedra caliza bella, fácil de tallar y de muy buena calidad de un color cremoso claro, es extraída en la región de Caen (Calvados, Francia) y empleada desde el siglo XI, sobre todo tras la conquista de Inglaterra por Guillermo el Conquistador, cuando se abrió un enorme mercado para su exportación.
Existen numerosos monumentos construidos con la piedra de Caen como son: