Una reforma[1] es un proceso de "cambio de aspecto o de funcionalidad" de una estructura (entendido en sentido amplio), es decir, una modificación en la forma o en el tamaño de la misma o una ampliación, con fines de remodelación o adaptación a otros usos, incluidas casi siempre las treas de preservación y de mantenimiento (tratamientos contra la acción de los elementos, pintura, impermeabilización y otras).
En el área de la arquitectura, implica en muchos casos una real reconstrucción total o parcial de una edificación, por estar la misma en estado ruinoso y de abandono, o por la necesidad de reparaciones necesarias para mantener o mejorar la estabilidad estructural, o para adaptar lo existente a un nuevo proyecto, etcétera (en muchos casos usando andamios o cimbras o cercas o redes de protección).[2]
Al hablar de una reforma, se alude generalmente a un proceso total o parcial de modernización o readaptación de una vivienda unifamiliar o de un negocio o de una edificio de renta, pero también de un barrio entero o de toda una ciudad o poblado; en ese caso, el término más adecuado sería el de renovación urbana. En Francia, de la transformación urbana se ocupa particularmente la llamada Agencia Nacional para la Renovación Urbana (ANRU), incluso de lo que podría llamarse "ciudad reconstruida sobre ella misma o zona urbana densa"; en este último aspecto, se trata de limitar la periurbanisación, pues ella suele tener efectos negativos sobre el medio ambiente, así como sobre el encarecimiento del transporte y la especulación financiera, y la complejización de servicios tales como el saneamiento y los centros de salud, los que deben extenderse a zonas periféricas con baja densidad de población, con la consecuente pérdida progresiva de áreas naturales y rurales, así como con otros inconvenientes que ello presupone.
Problemáticas
La encrucijada más importante es la sanitaria. por tener que convivir con lugares que son fuente de problemas. Si un lugar está inutilizable o abandonado, o simplemente es poco rentable (como podría ser el caso por ejemplo de un cine, cada vez con menos espectadores), la solución podría ser optimizarlo (mejorarlo) a través de una conveniente inversión, con o sin cambio de destino.
Otras problemáticas importantes son la seguridad y el ajustarse a normas, pues será necesario prevenir riesgos, y a la vez evitar multas y demandas.
Otro asunto a considerar son las economías de energía que podrían lograrse como consecuencia de una buena reforma (por ejemplo, instalación de vidrios dobles y de soluciones inteligentes, renovación de electrodomésticos que consuman menos energía, etc), pues ello mejora costes y ayuda a preservar el medio ambiente.
En oportunidad de una reforma, la ocasión puede ser propicia para retirar materiales con amianto y pinturas con plomo, sustituyendo por materiales menos perjudiciales para la salud humana y el medio ambiente.
Los progresos técnicos permiten hoy día renovaciones y transformaciones que algunos años atrás eran casi imposibles de llevar a cabo.
Las técnicas de decapado y de desamientación, así como las de diagnóstico inicial, ya permiten garantizar razonablemente la salud de obreros y futuros habitantes, en caso necesario retirando productos nocivos que pudieran estar en las edificaciones.
Por su parte, los ecomaterialex permiten movilizar menos materiales tóxicos que antes.
Y los adelantos en materia de informática, permiten visualizar cómodamente planos en tres dimensiones, y estimar la solidez de por ejemplo una viga, un muro, o una columna, para así determinar prioridades y trabajos necesarios.
Los diagnósticos de infrarrojo permiten detectar fugas reales o potenciales de calor.
Y el diagnóstico energético estima las posibles economías de energía.
Legislación
En Francia, los « trabajos importantes de renovación » se hacen en el marco de la llamada ley Grenelle II del año 2010, que debe tenerse en cuenta con una atención particular. Un decreto del Consejo de Estado (en francés: Décret en Conseil d'État), luego de aviso a la llamada Autoridad de la concurrencia (en francés: Autorité de la concurrence —autoridad administrativa independiente encargada de luchar contra las prácticas anticoncurrenciales—), aún debe precisar mejor la noción de « trabajos importantes de renovación »
Renovación energética
En toda reforma o renovación de una estructura, debe considerarse lo que concierne a las posibles economías de energía, así como el respecto a los eventuales "Reglamentos Térmicos (RT)" existentes, y que entre otras cosas definen los niveles de performance energética que deben ser implementados.
En Francia, teniendo en cuenta el SHON (superficie del inmueble medido en forma especial), el costo de los trabajos a realizar, y el año de construcción del inmueble, se aplica :
la RT "elemento por elemento", para: (A) todas las edificaciones anteriores a 1948 ; (B) todas las edificaciones posteriores a 1948 y con un SHON menor a 1000 m² ; (C) todas las edificaciones posteriores a 1948, con un SHON superior a 1000 m², y con un costo de los trabajos de renovación energética representando menos del 25 % del costo de la construcción.
la RT global para: (D) edificaciones posteriores a 1948, con un SHON superior a 1000 m², y con un costo de trabajos de renovación energética superiores al 25 % del costo de la construcción.
Las ocho pruebas de la RT "elemento por elemento" son las siguientes :
La « RT elemento por elemento » impone un nivel de performance específico para cada elemento que es objeto de renovación, mientras que la « RT global » impone una performance global de la edificación en materia de consumo energético.
Parecería que los mejores resultados se obtienen con el enfoque global, cuando se recurre a expertos en renovación energética. Pero los modelos actuales tienen poco en cuenta o excluyen parámetros relacionados con el uso y destino de la edificación, o con la inercia térmica de los materiales, o con el comportamiento higrométrico. Por otra parte, justo es reconocer también que el estado del arte en estas cuestiones, así como los conocimientos de los expertos y sus posibilidades, evolucionan rápidamente.
En Francia, un programa llamado «Habiter mieux» de la ANAH (Agence nationale de l’Habitat), se encuentra embarcado en la lucha contra la precariedad energética : aproximadamente 13.000 alojamientos fueron renovados desde 2011 a septiembre de 2012, pero solamente alcanzando un décimo de los objetivos. El plan de la ANAH contempla la renovación de 300.000 residencias antes del 2017, con una ganancia energética media de 39 % (14 puntos superior al límite del 25 % exigido por el programa). En los hogares las prioridades parecen ser la impermeabilización de techumbres y el rendimiento de los sistemas de calefacción, antes que el cambio menos impactante de puertas y ventanas.
Desde 2011 hasta septiembre de 2012, 23,74 millones de euros de primas « Investissement d'Avenir » generaron 234,6 millones de euros en trabajos, según la ANAH.[3][4] . El DPE 2021 (diagnóstico de rendimiento energético) calcula que 4,8 millones de edificios con problemas energéticos (etiquetas F y G) necesitarán ser renovados entre 2025 y 2028. Se ha creado una ayuda financiera para que los propietarios realicen las obras de reformas : MaPrimeRénov[5].
Materiales
Madera
La madera es versátil y flexible, lo que la convierte en el material de construcción más sencillo para renovaciones, y los edificios de madera pueden rediseñarse para adaptarse a las necesidades cambiantes. Pocos propietarios o remodeladores profesionales poseen la habilidad y el equipo necesarios para modificar estructuras de acero o de hormigón.
Cuando se analiza el carbono incorporado en los materiales de construcción, la madera suele ser etiquetada como la más sostenible. Esto se debe a que secuestra carbono que, si se certifica su origen sostenible, reducirá significativamente el carbono incorporado en los edificios. Esto lo convierte en una opción de baja emisión como material de construcción para un edificio en general y para renovaciones.[6]
Plástico
El plástico ha ganado popularidad en el sector de reformas gracias a su versatilidad, durabilidad y bajo costo. Este material, compuesto principalmente de polímeros sintéticos derivados del petróleo, se utiliza en una variedad de aplicaciones, desde revestimientos hasta aislamiento térmico y componentes de ventanas. Sus propiedades impermeables lo hacen ideal para ambientes húmedos como baños y cocinas, mientras que su resistencia al desgaste y su capacidad para imitar materiales naturales lo convierten en una opción atractiva para suelos y paredes[7]. Además, el plástico es fácil de mantener y limpiar, lo cual contribuye a su preferencia en áreas de alto tráfico. Sin embargo, su impacto ambiental sigue siendo un tema de preocupación, lo que ha impulsado el desarrollo de opciones reciclables y biodegradables en el mercado de reformas.[8]