La Roca siempre ha sido una posesión deseada, desde los inicios de la colonización masaliota con la colonia de Monoïkos (Griego: Μόνοικος), nombrado por las tribus ligures que ocuparon el área; antes de esto, ya fue un refugio para poblaciones primitivas. La Roca de Mónaco fue también la primera conquista de los Grimaldi, dinastía que rige al país desde hace más de 700 años, fundada cuando el Güelfo Francisco Grimaldi se disfrazó como un fraile franciscano para así poder entrar en la ciudad y abrir las puertas para sus soldados.