Roman Holiday (en España, Vacaciones en Roma; en Hispanoamérica, La princesa que quería vivir) es una película de comedia románticaestadounidense de 1953 dirigida y producida por William Wyler, y con actuación de Gregory Peck y Audrey Hepburn. Relata la historia de la princesa Anna, una noble europea de un país no identificado, que intentando escapar a sus responsabilidades diplomáticas, pasa una noche y un día en la ciudad de Roma, luego de escapar a la supervisión del personal de protocolo. Se convertiría en el primer gran filme de Hepburn, y catapultaría su carrera cinematográfica.
La princesa Anna (Audrey Hepburn), heredera al trono de un Estado europeo, se encuentra en Roma en visita oficial. Frustrada y cansada de sus obligaciones y de la soledad de la vida cortesana, y tras el consejo médico de hacer lo que le apetezca durante unas horas, decide escaparse de su embajada durante la noche y vivir la vida de un ser común y corriente, sin protocolos ni barreras sociales. El efecto de un sedante administrado horas antes, hace que se duerma en un banco, donde Joe Bradley (Gregory Peck), un periodista estadounidense del "Servicio de Noticias Estadounidense", la encuentra sin reconocerla. Pensando que está ebria, y tras la negativa del taxista a seguir con ella en el vehículo, Joe la lleva a pasar la noche a su apartamento.
A la mañana siguiente, Joe se retrasa y se apresura a ir a trabajar y le dice a su editor, el Sr. Hennessy (Hartley Power), detalles falsos de su supuesta conferencia de prensa con la princesa. Cuando Hennessy le informa que el evento fue cancelado y le muestra una noticia sobre su "repentina enfermedad", se da cuenta de quién es en realidad la persona en su apartamento. Al ver una oportunidad, Joe propone una entrevista exclusiva con la princesa y Hennessy acepta.
Joe se apresura a su casa y, ocultando el hecho de que es un periodista, ofrece mostrarle a su invitada "Anya" las atracciones de Roma. También llama a su amigo fotógrafo, Irving Radovich (Eddie Albert), para acompañarlo y tomar fotos en secreto. Sin embargo, Anna rechaza la oferta de Joe y se va. Disfrutando de su libertad, explora un mercado al aire libre. Joe la sigue y "accidentalmente" la encuentra en la escalinata de la plaza de España. Esta vez la convence de pasar el día con él y la lleva a un café, donde se encuentra con Irving. Más tarde, cuando ella trata de conducir la Vespa en la que la llevó a dar un paseo, son arrestados y logran salir sin problemas solo después de que Joe e Irving muestren sus pases de prensa.
Esa noche, en un baile en un bote cerca del Castillo Sant'Angelo, los agentes del gobierno llamados por la embajada encuentran a Anna e intentan obligarla a seguirlos. Anna toma parte en la pelea que se desata, durante la cual Joe es emboscado y cae al río y Anna salta para salvarlo. Después de alejarse nadando y de que la policía arreste a los agentes, comparten un beso mientras se sientan temblando en la orilla del río Tíber. Más tarde, sabiendo que sus responsabilidades reales deben reanudarse, Anna se despide con lágrimas en los ojos de Joe y regresa a la embajada.
Mientras tanto, Hennessy ha llegado a sospechar que la princesa no estaba enferma como se alega e intenta que Joe admita lo que sabe al respecto. Joe, sin embargo, ha decidido no escribir la historia, aunque luego le dice a Irving que es libre de vender sus fotografías. Luego se van a la conferencia de prensa pospuesta en la embajada, sorprendiendo a la Princesa Anna.
Al final de la entrevista, la princesa pide inesperadamente encontrarse con los periodistas, dándose la mano y hablando brevemente con cada uno. Al llegar a Joe e Irving, este último le presenta un sobre que contiene las fotografías que tomó. Después de terminar la entrevista, Joe abandona la embajada solo.
Wyler corrió el riesgo de contratar como guionista a Dalton Trumbo, hombre marcado y perseguido por la Comisión de Actividades Antiamericanas del senador Joseph McCarthy. Inicialmente, y durante cuarenta años, se acreditó la película a Ian McLellan Hunter, a quien habían acreditado el guion para no despertar sospechas de la participación de Trumbo; y fue quien recibió el Premio Óscar al mejor argumento en su lugar. En 1993, se hizo una nueva estatuilla y se le entregó a Trumbo de forma póstuma, recibiéndolo su viuda Cleo.[3] Cuando el filme fue lanzado en DVD en 2003, fue renombrado su crédito, y el 19 de diciembre de 2011, fue incorporado de forma completa por su trabajo. A su vez, el director Bernard Vorhaus, también parte de la "lista negra de Hollywood", trabajó como director asistente bajo un seudónimo.[4][5]
Casting
Wyler primero ofreció el papel a Cary Grant, pero este lo declinó,[6] creyendo que era demasiado viejo para interpretar el interés amoroso de Hepburn (aunque ambos participarían juntos diez años más tarde en Charada). Otras fuentes dicen que Grant se negó porque sabía que toda la atención se centraría en el papel de la princesa.[7] El contrato de Peck le dio la posibilidad de participar y figurar en los créditos como única estrella, con la novata Hepburn en un crédito mucho menos prominente. A mitad de las filmaciones, Peck le sugirió a Wyler que la dejara al mismo nivel, un gesto casi inaudito en Hollywood, previendo el talento de la actriz.
Para el papel de la princesa Anna, Wyler había considerado inicialmente a Elizabeth Taylor y Jean Simmons, pero ninguna estaba disponible.[8] Wyler estuvo muy emocionado al encontrar a Hepburn, pero no la eligió hasta después de una prueba de cámara. Wyler no pudo quedarse y filmarla él mismo, pidiéndole al subdirector que le pidiera al camarógrafo y al técnico de sonido que continuaran grabando después de que el subdirector le dijera "cortar" para que la vieran relajada después de haber interpretado la prueba.[9] Esto último hizo que ganara el papel, y parte de ella se incluyó más tarde en el tráiler original de la película. Roman Holiday no fue la primera actuación de Hepburn (apareció en películas neerlandesas e inglesas desde 1948, y en el teatro, incluyendo el papel principal en una adaptación de Broadway de Gigi), pero fue su primer papel importante en el cine y su primera aparición en una película estadounidense. Wyler quería una actriz "anti-italiana", distinta a las maggiorate como Gina Lollobrigida, y sobre Hepburn dijo:
No tiene culo, ni tetas, ni ropas ajustadas, ni tacones altos. En resumen, un marciano. Será una sensación.[10]
Además, el filme contó con la aparición de las hijas de Wyler en una escena en que el personaje de Peck pide una cámara fotográfica a unas niñas de la ciudad; y con dos periodistas internacionales de los diarios españoles españoles ABC y La Vanguardia.