Romano II (939-963) sucedió a su padre Constantino VII como emperador bizantino a la edad de 21 años, y murió en 963, probablemente por enfermedad -aunque algunas versiones apuntan a un envenenamiento por su segunda esposa, la emperatriz Teófano-. Aún niño, fue desposado con Berta, hija ilegítima de Hugo de Arlés, rey de Italia —la cual cambia su nombre a Eudoxia al convertirse a la Iglesia ortodoxa—; pero cuando Hugo abdicó el trono de Italia y murió en 947, y también murió Berta en 949, Romano hizo cumplir la promesa de su padre de que le permitiría elegir a su propia esposa. La elección de Romano recayó nada menos que en la hija de un tabernero llamada Anastaso, con la que se casó, tomando esta el nombre de Teófano.[1][a]
Fue un emperador amante de los placeres, pero también fue sensato en la elección de sus ministros. El gran acontecimiento de su reinado fue la reconquista de Creta, tomada a los árabes por su general y sucesor en el trono Nicéforo Focas en 961.
Referencias
Notas
- ↑ Esto es lo que cuenta el cronista Juan Skylitzes más de un siglo después. En realidad, pertenecía muy probablemente a la familia Kratêroi, conocida en los documentos desde primeros del siglo IX, con al menos dos personajes llamados «León Kratêros», que fueron estrategos del Thema Anatólico en el siglo IX.
Véase también
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