El sábado es el sexto día de la semana civil[1] y el séptimo de la semana litúrgica en la mayoría de las tradiciones cristianas.[2] Es un día festivo en el judaísmo[3] Está situado entre el viernes y el domingo. Para lo perteneciente o relativo al sábado, o lo ejecutado durante su transcurso, se acostumbra usar los adjetivos: «sabático»[4] y «sabatino».[5]
Etimología
El vocablo castellano «sábado» proviene del latín bíblico sabbătum, este del griego σάββατον (sábbaton), este del hebreo יום השבת (shabat), «reposo», «día de reposo», que deriva del verbo shâbath: «cesar [de trabajar]», «descansar», «guardar el sábado», y este del acadio šabattum, «descanso». Viene de sa bot en sumerio: calma el corazón.[6][1]
Estos son algunos de los nombres que recibe el sábado en distintos idiomas:
Proviene de lauren bat, «cuarto de luna», Día de la media luna
Cambio de sábado a domingo
El 7 de marzo del 321, el emperador romano Constantino I el Grande decretó que el domingo, «venerable día del sol», más tarde nombrado por la iglesia católica como «el día del Señor»,[7] fuera considerado como día de descanso para jueces, plebe y oficios, —«día de reposo»—,[8] en tanto que los campesinos continuarían trabajandoː
Descansen todos los jueces, la plebe de las ciudades, y los oficios de todas las artes el venerable día del sol. Pero trabajen libre y lícitamente en las faenas agrícolas los establecidos en los campos, pues acontece con frecuencia, que en ningún otro día se echa el grano a los surcos y se plantan vides en los hoyos más convenientemente, a fin de que con ocasión del momento no se pierda el beneficio concedido por la celestial providencia.
Código de Justiniano, libro 3, título 12, párrafo 2 (3)[9]
El emperador Constantino, en el año 321, fue el primero que ordenó una rigurosa observación del domingo, prohibiendo toda clase de negocios jurídicos, ocupaciones y trabajos; únicamente se permitía a los labradores que trabajaran los domingos en faenas agrícolas, si el tiempo era favorable. Una ley posterior del año 425 prohibió la celebración de toda clase de representaciones teatrales, y finalmente en el siglo VIII se aplicaron en todo su rigor al domingo cristiano las prohibiciones del sábado judaico.
«Domingo», artículo en el Diccionario enciclopédico hispanoamericano
Según el texto Catecismo doctrinal,[10] el Concilio de Trento transfirió en 1566 el descanso al primer día: «Complace a la Iglesia de Dios que la celebración religiosa del día sabbat se debe transferir al Día del Señor: el domingo».
Tiempo antes de Constantino, Ignacio de Antioquía, cristiano de la iglesia primitiva, declara en una carta lo siguiente sobre el día domingoː
Ahora bien, si los que se habían criado en el antiguo orden de cosas vinieron a la novedad de esperanza, no guardando ya el sábado, sino viviendo según el domingo, día en que también amaneció nuestra vida por gracia del Señor y mérito de su muerte, misterio que algunos niegan, siendo así que por él recibimos la gracia de creer y por él sufrimos, a fin de ser hallados discípulos de Jesucristo, nuestro solo Maestro, ¿cómo podemos nosotros vivir fuera de Aquel a quien los mismos profetas, discípulos suyos que eran ya espíritu, le esperaban como su Maestro? Y por eso, el mismo a quien justamente esperaban, venido que fue, los resucitó de entre los muertos... Absurda cosa es llevar a Jesucristo entre vosotros y vivir judaicamente. Porque no fue el cristianismo el que creyó en el judaísmo, sino el judaísmo en el cristianismo, en el que se ha congregado toda lengua que cree en Dios.
En la actualidad, si bien para programaciones laborales se toma por "comodidad" el lunes como primer día de la semana, algunos calendarios continúan indicando que el domingo es el primer día y el sábado el séptimo.
En Samoa, por decreto, se adelantó un día su calendario, por lo que el sábado pasó a ser domingo, teniendo el mismo calendario que los países vecinos del lado occidental. De esta manera, la mayoría de los Adventistas del Séptimo Día, reconocidos por defender la observancia del sábado, decidieron guardar el día llamado domingo en ese país, así como ocurre en Tonga. No obstante, un pequeño sector se adaptó al nuevo sábado, manteniendo el debate. Sin embargo, la Biblia enseña a no contender por palabras, en lo cual hay disolución.
Según la Biblia, el sábado es el séptimo y último día de la semana, Génesis 2:2-3. De hecho es el único día mencionado por un nombre. El resto son nombrados por su orden en la semana: el domingo es el primer día (Mateo 28:1), el lunes es el segundo, y así sucesivamente, como se siguen nombrando en portugués.
Algunas confesiones cristianas poseen la creencia de que el sábado es el único día de reposo y lo relacionan con los diez mandamientos, diciendo que el reposo sabático es el cuarto mandamiento.
«Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán éstas: Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis».
Sin embargo, estos cristianos se basan en el libro del Éxodo cap. 20 en donde se detallan los diez mandamientos entre los versos 3-17. Refiriéndose al día de reposo, en la Biblia versión Reina-Valera se dice:
Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.
Si comparamos esta cita con su original, vemos que en Éxodo 8 la Torá dice «Zajor et-yom haShabat lekadshó», lo cual se traduce «Acuérdate del día del sábado para santificarlo». (https://www.shalomhaverim.org/shemot_en_espanol_cap.20.htm)
Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicias, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no haciendo tus caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus palabras."
Tú hablarás a los hijos de Israel y les dirás: “En verdad vosotros guardaréis mis sábados, porque es una señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico."
Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre. Y de mes en mes, y de sábado en sábado, vendrán todos a adorar delante de mí»,dice Jehová.
La traducción de los antiguos libros que hicieran Casiodoro de Reina en el año de 1569, lo que luego se llamó la Biblia del oso, y las correcciones que hiciera Cipriano de Valera en el año 1602 a la Biblia llamada La Biblia del Cántaro, ambos escritos redactados en castellano antiguo, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento no existe la palabra «sábado», por lo que se deja ver que la nomenclatura de los días es muy posterior a la redacción de los primeros libros del Antiguo Testamento.
↑ProjectRestore.com (Bible Readings for the Home - Sabbath Legislation; acerca del cambio de Constantino).
↑Edición del Código de Justiniano, en latín y español, por García del Corral, en el Cuerpo del derecho civil romano, tomo 4, pág. 333. Barcelona, 1892).
El original en latín se halla además en J. L. von Mosheim: Institutionem historia ecclesiástica antiquioris et recensioris, sigla 4, parte 2, capítulo 4, sección 5, y en otras muchas obras.