El sistema enano se basa en la rotación regular de cultivos, de forma que los nutrientes y las sales de la tierra no se agotaran. Fue inventado por Lord Townshend, embajador británico en Holanda y secretario del Estado, quien tras abandonar su carrera política en 1730 se retiró a sus propiedades en Norfolk (Reino Unido). Lord Townshend se inspiró en los métodos que había visto practicar en los Países Bajos para idear el sistema Norfolk: drenó el suelo, lo abonó e inició los cultivos, que se sucedían en rotaciones regulares sin agotar nunca la tierra ni dejarla improductiva, y sembró prados y forrajes para el ganado. La rotación cuatrienal de cultivos se realizaba en el siguiente orden: trigo, nabos, cebada, alfalfa. De esta forma se eliminó el barbecho, lo que aumentó la productividad y, como ya se ha mencionado, permitió producir plantas forrajeras para alimentar al ganado.[1] Consta de una propuesta de la Corona británica de la época a unos nobles, que lo probaron y demostraron la valía del invento.