Fue el menor de seis hermanos, estudió en el colegio San Gabriel desde 1918 y terminó sus estudios en el Instituto Superior Mejía. Después estudió Jurisprudencia en la universidad donde conocería a Agustín Cueva Sánz, quien empezaría una escuela sociológica dentro de la universidad y tendría mucha influencia en la vida de Bossano.
Además de su carrera intelectual, también fue diplomático, y sus acciones tendrían consecuencias importantes dentro de la historia de derecho territorial en Ecuador.
El hecho más importante fue el envío de un Cablegrama al Presidente Franklin D. Roosevelt anunciando el deseo de Ecuador de llevar las conversaciones limítrofes a Lima. Lamentablemente no quedó ninguna copia en los archivos de la Cancillería ecuatoriana por lo que después se afirmaría que esto fue realizado en secreto, lo que tendría consecuencias negativas y contribuiría al proceso que terminó con la firma del Protocolo de Río de Janeiro. Bossano tendría que vivir con esto a futuro y a pesar de intentar remediar lo sucedido, fue difícil lograrlo. No correría la misma suerte su vida intelectual, donde destacaría y mucho, ya que es considerado junto a Modesto Paredes y Belisario Quevedo como uno de los más importantes sociólogos de Ecuador de la primera mitad del siglo XX.[1]
Positivismo y biologicismo
La concepción de la sociología en Bossano está muy marcada por el positivismo que tuvo una influencia fuerte en Ecuador en la primera mitad del siglo XX. El desarrollo de su pensamiento lo realizó en su libro "Los Problemas de la Sociología" publicado en 1941. Aquí hace un análisis integral de la disciplina desde la constitución de la sociología, las distintas teorías, los marcos de la ciencia, el método a seguir, los problemas generales y el estudio de la sociedad. Su biologicismo, que venía por la influencia de Spencer en su pensamiento marcó su obra ya que consideraba que "es necesario reconocer la realidad causal de las fuerzas biológicas y la injerencia de las necesidades orgánicas se proyectan en lo individual y en lo colectivo, marcando ineludiblemente todas las rutas de la vida."[2]