Ángel Modesto Paredes Romero nació en Riobamba un 23 de marzo de 1896. Fue un sociólogo, filósofo e internacionalista de Ecuador.
Biografía
Sus padres fueron Alejandro Paredes Pérez y María Romero Gallegos, ambos nativos de Riobamba.
Estudió en el colegio salesiano de santo Tomás donde demostró que era un excelente estudiante. Empezó la secundaria cuando tenía 12 años en 1908, en el colegio San Felipe de Neri, de los jesuitas. Se graduó de bachiller en Filosofía en 1914, y después empezó a estudiar Derecho en la Universidad Central.
El 9 de julio de 1920 se graduó de Abogado. Dos años después fue designado Secretario Relator de la Corte Superior de Justicia del Chimborazo. Posteriormente ocupó el cargo de Fiscal del Juzgado Primero de Letras de Riobamba. Fue uno de los gestores del primer grupo socialista de Chimborazo. Después sería uno de los fundadores del partido socialista en 1926.
Además fue designado por parte de las Naciones Unidas para conformar la Alta Comisión de Derecho Internacional, junto a un equipo de veinte y cuatro juristas de todo el mundo. Esto le permitió participar en la codificación de numerosas leyes internacionales.[1]
Positivismo
Modesto Paredes es considerado como uno de los representantes más importantes del positivismo en Ecuador. Su pensamiento fue recogido en los libros de la Biblioteca Básica de Pensamiento Ecuatoriano donde se desarrolla su filosofía e influencias. El objeto de la sociología, según criterio de Paredes fue sintetizado en su libro "La conciencia social" en 1927 y define la disciplina como el estudio de "lo social" apoyada en "la vehemente afirmación de que los hechos sociales deben ser tratados como cosas"[2]. Al afirmar esto, Paredes estaba haciendo una crítica de Durkheim a partir de los escritos de otro sociólogo francés: Gabriel Tarde. Sin embargo, su positivismo no siguió la influencia francesa, marcada por Comte, sino que bebía de Spencer, según Paredes: la fuente primordial y única de la sociología es el individuo, "de él proceden las necesidades, las tendencias, y los impulsos, en su interior se organizan los actos públicos."[2]
Este positivismo le hacía afirmar a Paredes que la sociología era la heredera de la antigua filosofía y debía dedicarse a responder las preguntas que tradicionalmente habían motivado esta anterior disciplina tanto en su altura, en extensión y en profundidad, según su ensayo "El Porvenir de la Filosofía y los Métodos Sociológicos".
La tesis defendida explícitamente es la siguiente:[2]
La Sociología ocupa en la cultura intelectual de esta hora, el puesto antes asignado a la Filosofía; de manera que puede decirse que la ha desplazado y la ha sustituido.
Sin embargo, a pesar del liberalismo subyacente en el individualismo spenceriano que seguía metodológicamente Paredes, debido en parte al momento en el que escribió, su simpatía política por las ideas socialistas y utópicas influyeron bastante en sus escritos. El intento de conciliar su ontología positivista con su ética socialista marcaron el desarrollo de su obra.[3]
Obras
Su obra es muy amplia y es considerada parte de los clásicos del pensamiento sociológico en Ecuador:
- “La Conciencia Social” en 527 págs. sistematización de su pensamiento sobre el objeto de la Sociología de base histórica con vista a las condiciones étnicas.
- “Teoría General del Derecho Civil Internacional” en tres tomos con un total de 1195 páginas es su tratado más importante dentro de su carrera como internacionalista.
- “Estudios de Derecho Internacional Público”
- “Teoría del Derecho Internacional”
- “Naturaleza del Poder Público y sometimiento del Hombre a las autoridades del país”
- “Sociología General aplicada a las condiciones de América”
- “Estudio sobre la clase media en el Ecuador”
- “Caracteres de la herencia bio – psicológica” su obra más popular
- “Informe acerca de la conveniencia de ratificar la Convención de Derecho Internacional Privado suscrita en La Habana”
- “Los resultados sociales de la herencia”
- “Los nuevos signos de la Cultura en el mundo de la postguerra. Destino de Iberoamérica”
- “Problemas Etnológicos Indoamericanos”
- “Perfiles de dos ciudades”
- “Manual de Derecho Internacional Público"
- “La Europa atormentada”
- “Sociología Americana”
- "Años de Esperanza, la Isla radiante (Cuba)"
- "País Azteca (México)"
- “De mis Notas de Viaje”
- “El Alma de Provenza: Una biografía de la Edad Media y los Orígenes de las Instituciones de Occidente"
Distinciones
En 1945, el sociólogo Alfredo Poviña le nombró como uno de los más importantes sociólogos de Sudamérica, perteneciendo a lo que se conocería en ese momento como la corriente biométrica de la escuela Antropomoracial. Esta busca explicar la vida de los grupos sociales como obra exclusiva de la herencia.[4]
A fines del 44 fue condecorado por el Velasco Ibarra con la Orden Nacional al Mérito, el Ministro de Relaciones Exteriores le llamó de Consultor Jurídico con libre ejercicio profesional.
Es considerado como uno de los mayores sociólogos de Ecuador, junto a Luis Bossano y a Belisario Quevedo, quienes conforman el canon de los sociólogos positivistas spencerianos de ese país.[5]
Véase también
Referencias