C/ Menorca, Ronda de Sant Martí, C/ del Pont del Treball, C/ del Treball, C/ de l'Agricultura, C/ de Huelva, C/ del Fondal de Sant Martí, C/ Selva del Camp, C/ Rector de Vallfogona, Plaza de Ignasi Juliol
El parque se estructura en dos zonas: una plaza cuadrada enmarcada por las calles Menorca, Huelva, Trabajo y Agricultura, que supone una cuarta parte del total del parque, con una zona pavimentada que se usa como pista de baloncesto y dos áreas acotadas por setos, una con bancos para sentarse y otra con una zona infantil; y el área de mayor extensión, que tiene forma de un triángulo irregular, dividida a su vez en una zona verde con un lago y un área perimetral en la vertiente de la calle Menorca que acoge diversas instalaciones y equipamientos: un campo de fútbol, un mercado, un instituto de secundaria y la iglesia parroquial de San Martín de Provensals. Dedicada a Martín de Tours, fue reconstruida entre los siglos XV y XVII en estilo gótico. Destaca su fachada, obra de Joan Aymerich, que presenta unas molduras flamígeras entrecruzadas y un tímpano con una escultura de san Martín de Tours partiendo su capa en dos. El último elemento construido fue el campanario, finalizado en 1688, ya en estilo barroco.[2]
En su terreno también se encuentran tres antiguas masías, Ca l'Arnó, Can Planas y Can Cadena, reconvertidas en espacios cívicos para los vecinos, como una ludoteca, un centro residencial y un centro de investigación de agricultura biológica, que incluye un huerto urbano y corrales con animales de granja.[3] El área junto al lago acoge amplias praderas con alisos, álamos temblones y chopos lombardos, que rememoran el pasado agrícola de la zona, mientras que el área con equipamientos está resuelta con espacios pavimentados y plazoletas con naranjos y olivos, que acogen además áreas de juegos infantiles y pistas deportivas.[4]
Otro elemento artístico del parque es una fuente-escultura de Antoni Roselló, de casi cinco metros de altura, elaborada en cobre, travertinoromano y piedra caliza. Se trata de un surtidor de agua que cae desde arriba de una columna en un fino hilo a un canal que desemboca en un pequeño estanque un poco más lejos, y que recuerda una bomba de agua típica de las zonas rurales, como era antiguamente esta parte de la ciudad.[5]
↑Jordi Monner i Faura (1992). BCN 92. Guía de La Vanguardia. 3: Del Auditori a la Plaça de la Palmera. Meridiana(revista|formato= requiere |url= (ayuda)). Barcelona: La Vanguardia. p. 30.